Este día lo dediqué a recorrer tres lugares muy bonitos del valle Sagrado: las Salineras de Maras, el parque arqueológico de Moray, y el pueblo de Chinchero con su parque arqueológico. Este recorrido lo comencé desde Ollantaytambo a la vuelta de visitar Aguas Calientes y Machu Picchu, con destino final la ciudad de Cusco.

Para este recorrido, alquilé un auto con servicio de chofer. Salimos desde la terminal del tren de Ollantaytambo, ya que esa mañana temprano volvía desde Aguas Calientes. El destino final de este recorrido, fue el hotel en el que me hospedaría en Cusco. Opté por esta forma de traslado ya que la locomoción pública entre estos tres puntos no es muy buena. Hay varias empresas que brindan servicios de alquiler de auto con servicio de chofer para esta ruta. Yo hice la reserva en una agencia de Cusco que me recomendaron en el hotel que me estaba hospedando, a un precio de 150 soles por una jornada de 6 horas. Realmente fue una muy buena opción para aprovechar al máximo el día. Además de poder dejar la mochila en el auto durante los paseos :), pude hacer algunas paradas panorámicas durante el camino. Otra opción es ir en taxi. También hay excursiones de medio día que visitan estos lugares.

SALINERAS DE MARAS

Las salineras son conocidas como uno de los lugares más escénicos de Perú, y se encuentran a unos 30 minutos de Ollantaytambo. La visita a las salineras es de aproximadamente una hora.

De camino a las salineras, vi una forma muy diferente de hospedarse en una montaña: un refugio colgante. Desde la ruta parecían como si fueran cápsulas transparentes que colgaban de la montaña. Si te animas a dormir a esa altura, me imagino que debe ser increíble la vista del amanecer desde ese lugar.

Luego de pasar por el pueblo de Urubamba y disfrutar de unos paisajes muy bonitos por la ruta, llegué a las salineras. El acceso a las salineras no está incluído en el boleto turístico y tiene un costo de 10 soles. Este lugar natural me impactó.

En la carretera de acceso a las salineras vale la pena hacer una parada en los miradores, ya que desde ahí hay unas vistas panorámicas muy bonitas.

PARQUE ARQUEOLOGICO MORAY

Luego de visitar las impactantes Salineras de Maras, voy rumbo a Moray. El trayecto fue de aproximadamente unos 30 minutos, y nuevamente los paisajes durante el camino fueron muy bonitos.

La visita de este parque arqueológico me llevó aproximadamente una hora y media, ya que quise disfrutar de una caminata en la tranquilidad de ese lugar entre las montañas. Para el ingreso hay que presentar el boleto turístico.

Apenas uno entra al parque arqueológico, ya queda impactado de ver esos enormes andenes circulares que parecen anfiteatros. Se dice que esos andenes, que se encuentran a diferentes alturas y que recrean diferentes ambientes climáticos, eran una especie de laboratorio agrícola para estudiar en qué condiciones era mejor sembrar los diferentes cultivos.

CHINCHERO

LLegué al pueblo de Chinchero luego de unos 30 minutos de haber dejado atrás el maravilloso lugar de Moray. Chinchero se conoce como el lugar en donde los incas creían que nacía el arco iris, y se encuentra a unos 400 metros más de altura que la ciudad de Cusco.

Vista panorámica antes de llegar a Chinchero

Desde la plaza principal del pueblo, hay unas escaleras que te llevan a la entrada del parque arqueológico. Estas escaleras son como una calle peatonal, y están bordeadas de casas y puestos de artesanías. Hay que ir con calma, porque esas escaleras son muy empinadas y la altura se siente bastante.

Una vez que llegas al final de la escalera, se encuentra el ingreso al parque arqueológico, donde hay que presentar el boleto turístico. Este parque es muy pequeño comparado a Moray, pero merece la pena dedicar unos minutos para recorrerlo y contemplar las espectaculares vistas que hay desde el lugar.

A pocos metros del parque arqueológico, hay una iglesia colonial con acceso gratuito. La iglesia se encuentra en un plaza que tiene un pequeño mercado ambulante.

Este pequeño pueblo me encantó, me transmitió mucha tranquilidad y armonía, y realmente me sentí muy privilegiada de haber estado ahí.

Siendo casi las 17 horas, retomé la ruta camino a Cusco para disfrutar de mi última noche en esta maravillosa zona de Perú. Cuando llegué a Cusco, volví al hotel en el que me había hospedado antes de ir a Ollantaytambo camino a Machu Picchu, hice el check in nuevamente, tomé una buena ducha y me fui a cenar a un bonito restaurante a unos pocos metros de la plaza de Armas. Al otro día recorrí la ciudad de Cusco para despedirme de este lugar que me atrapó con su hospitalidad, tranquilidad, historia y naturaleza.

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