Luego de visitar Tambomachay y Puca Pucara tomé un autobús con destino la ciudad de Cusco para bajarme en Qenqo. Qenqo se encuentra en autobús a unos 10 minutos aproximadamente de Puca Pucara, y el costo del boleto es de 1 sol.
Qenqo
Se encuentra sobre la colina Socorro a 3 kilómetros de la ciudad de Cusco. Su nombre significa laberinto o zigzag. Este complejo arqueológico abarca dos zonas, Qenqo grande y Qenqo chico, con una distancia de unos 350 metros entre cada una de ellas.
Para poder ingresar a este parque arqueológico, también debes presentar el boleto turístico.
Enfrente a la entrada del sitio arqueológico hay baños públicos.
Qenqo grande
Desde esta zona hay unas vistas panorámicas muy bonitas de la ciudad de Cusco.
Caminando a la zona de Qenqo chico hay una zona arbolada muy linda.
Qenqo chico
Desde Qenqo chico fui caminando por el costado de la ruta hasta llegar a la zona de Sacsayhuamán. La distancia entre ambos sitios arqueológicos es muy corta, me llevó unos 15 minutos llegar.
En el trayecto desde la ruta hacia la zona de ingreso del parque arqueológico, hay algunos almacenes y lugares para comer.
Llegué a esa zona sobre las 14 horas, así que decidí entrar en uno de los bares para almorzar, y así recargar energía para luego recorrer Sacsayhuamán.
Sacsayhuamán
Este recinto es impactante y se encuentra a 2 kilómetros de la ciudad de Cusco. Sacsayhuamán significa “Lugar donde se sacia el halcón”. Su nombre es difícil de pronunciar y es muy similar a decir “sexy woman” en inglés :).
Visitar este centro arqueológico es una visita obligada estando en Cusco. Es un lugar que hay que ir con tiempo para recorrerlo. Yo estuve casi dos horas y media admirando este lugar, pero sin lugar a dudas me hubiera quedado por lo menos una hora más. Decidí volver a la ciudad de Cusco porque estaba oscureciendo, y no quería esperar el autobús en la ruta a oscuras.
Al entrar a este recinto, se ve a lo lejos los famosos muros en zigzag construidos con inmensas rocas.
Primero recorrí la zona de Qocha Chincanas.
A una poca distancia se encuentran los Rodaderos que son unos inmensos toboganes de piedra. Admito que no me animé a tirarme, pero había unos niños que estaban divirtiéndose de lo lindo :).
Luego de recorrer esta zona y bajar una empinada escalera, llegué a la explanada de Chuckipampa.
En junio en esta explanada se celebra Inti Raymi que significa fiesta del sol. Es una ceremonia inca y andina que hace homenaje a Inti, dios del sol. Dicen que es impresionante de ver.
Después de descansar unos minutos sentada en el pasto, atravesé la explanada y llegué a la zona donde se encuentran los muros. Estos muros gigantes de piedras se encuentran en tres niveles. Las piedras están unas encima de otras con una exactitud que impresiona de ver. No se utilizaban materiales para unir estas inmensas rocas. Estando ahí, uno se pregunta cómo construyeron esa estructura.
En los muros, hay figuras de animales que se armaron como un rompecabezas con las piedras que forman los muros. En particular, hay una con forma de llama y otra con la forma de la pata de un puma.
Si vas por tu cuenta, averigua con anticipación en qué zonas del muro se encuentran estas figuras, ya que en la inmensidad del lugar es difícil encontrarlas.
En esta zona se encuentra la puerta Rumi Punku.
Muy cerca de los muros hay varias escaleras que te permiten acceder a varios recintos. Desde ahí hay unas vistas muy bonitas hacia la ciudad de Cusco, y hacia el resto del parque arqueológico.
Luego de recorrer este lugar de una belleza impactante, fui caminando hasta el Cristo Blanco. Este monumento se encuentra sobre una colina a unos pocos metros de la entrada a Sacsayhuamán. La subida la hice por la escalera que hay en la colina y me llevó unos 15 minutos. Me costó bastante esa subida porque sentí la falta de oxígeno por estar en la altura.
Desde el Cristo Blanco se puede disfrutar una vista panorámica de la ciudad de Cusco.
Bajé la colina por el lado opuesto al que había subido, y llegué en unos pocos minutos a la ruta para tomar el autobús de regreso a la ciudad de Cusco.
Desde Sacsayhuamán hay un camino para realizar a pie que te lleva directo a la plaza de Armas. Este trayecto es de aproximadamente unos 40 minutos. El camino tiene varias escaleras, pero el esfuerzo de subirlas estando en la altura, dicen que vale la pena hacerlo porque el recorrido es muy bonito.
Yo no tomé esa antigua ruta porque estaba muy cansada y estaba anocheciendo. Si tengo la posibilidad de volver a Cusco, seguro comenzaría mi día yendo a pie hasta este recinto por esa ruta, y luego visitaría los otros sitios arqueológicos en el sentido inverso en que los visité.
Fue un día grandioso. Quedé maravillada de visitar estos recintos entre unos paisajes espectaculares. Impactan su tamaño y perfección arquitectónica. Sin lugar a dudas, son un recordatorio de la grandeza del imperio Inca.
Este día me fui a descansar temprano ya que a las tres y media de la mañana comenzaría mi recorrido hacia la montaña de los 7 colores.
Los comentarios no se encuentran habilitados